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ANALIZANDO EL 6.5 CREEDMOOR

Por Eduardo Olaechea

En la última década un nuevo calibre, con prestaciones que se ajustan tanto a las demandas de tiradores de como de cazadores, se ha hecho un lugar entre los calibres más populares; se trata del 6.5 Creedmoor, desarrollado por Hornady en el año 2007 y que es capaz de mantener una trayectoria plana y una gran precisión a largas distancias y a la vez ser alimentado por un mecanismo corto que resulte un rifle ligero y manipulable sin generar mucho retroceso.  

Si bien la velocidad de salida del 6.5 Creedmoor no es sobresaliente (2,700 pies por segundo), siendo, con un proyectil de 140 grains, 100 pies/segundo más lento que un .308 Win. con un proyectil de 150 grains; su coeficiente balístico (> .550) que no es otra cosa que la expresión numérica de su aerodinámica, le permite desacelerar menos que otros calibres con velocidades iniciales superiores.

El reciente interés por el Creedmoor ha sido tal que ya ha llegado al Perú. Pero la historia de los calibres de 6.5mm no empieza ni termina con el Creedmoor; a fines del siglo 19, el 6.5x54 Mannlicher Schönauer, se volvió muy popular para cazar rebecos entre los cazadores alpinos, que además de buscar una carabina corta y liviana, aprovecharon la capacidad del proyectil para sortear los vientos cambiantes de los farallones alpinos. Su capacidad de penetración fue demostrada por el famoso cazador Walter Bell, a quien se le documenta haber abatido más de 300 elefantes con el 6.5x54. Otro calibre similar que gozó de gran popularidad entre cazadores fue el 6.5x55 sueco, principalmente por la gran cantidad de fusiles “deportivizados” después de la 2da guerra, y que ha vuelto a despertar interés, al igual que otros 6.5 olvidados, debido a la reciente popularidad del Creedmoor.  

A fines de los años 50, Winchester lanzó el .264 Win mag, desarrollado a partir del casquillo del .375 H&H, con una velocidad de salida de 3,000 pies/segundo con un proyectil de 140 grains, pero que no ganó la popularidad esperada al no generar ninguna ventaja sobre otros calibres que ofrecen prestaciones similares. Lo mismo pasó con el fugaz .260 Win, lanzado en 1997 y muy parecido al Creemoor en todo aspecto, pero que probablemente por cuestiones de estrategia comercial fue eclipsado por este último, repitiendo la historia del 244 Remington y el 243 Winchester.

Si bien el 6.5 Creedmoor, ha resucitado a otros calibres 6.5 que comparten la misma característica: precisión, poder de penetración y trayectoria plana a distancias que pueden ser más interesantes para tiradores deportivos que para cazadores; es cierto que también ha sido precursor de nuevos calibres concebidos exclusivamente para caza, como el 26 Nosler y el 6.5-300 Wby Mag, que a expensas de altas cargas de pólvora, generan velocidades iniciales muy altas, que se traducen en una mayor transferencia de energía, tan buscada entre cazadores, para asegurar un impacto fulminante.

Lo cierto es que cualquier calibre, sea o no de 6.5 mm de diámetro, con el peso óptimo que le otorgue un coeficiente balístico similar, logrará las prestaciones que ofrece el 6.5 creedmoor, cuya magia radica en el ratio de giro del ánima de los cañones con los que se comercializan los rifles para este calibre, que permiten estabilizar proyectiles de alto coeficiente balístico.

Si comparamos un 6.5 Creedmoor con un .270 Winchester, ambos con proyectiles de 140 grains, ya que para que el .270 logre el coeficiente balístico un 6.5, necesitaría un proyectil de 170 grains, este tendría que ser estabilizado por un cañón de 1:8 ( que es muy difícil encontrar en rifles comerciales, que siempre se han hecho con cañones de 1:10 para estabilizar proyectiles de entre 100 grains y 150 grains), los resultados sugieren que si bien la desaceleración del 6.5 es menor que la del .270 Win, la mayor velocidad de salida del .270 hace que el Creedmoor tarde en alcanzarlo a distancias que ya podrían ser ridículas para situaciones de caza (700 metros aprox).

Centrados ambos calibres a 250 yardas y con proyectiles de 140 grains, el .270 Winchester habrá levantado 2.7 pulgadas a 100 yardas, mientras que el 6.5 Creedmoor 3.2 pulgadas. A 300 yardas (270 metros) el .270 habrá caído 3.5 pulgadas y el 6.5 Creedmoor unas 4 pulgadas. A 600 yardas (546 metros) el .270 habrá caído 62 pulgadas, mientras que el 6.5 Creedmoor 68 pulgadas. En conclusión, el .270 Winchester ofrece una trayectoria inicial más templada que el 6.5 Creedmoor, incluso a distancias que exceden las situaciones de tiro de cacería, siendo las diferencias imperceptibles.

Si comparamos al 6.5 Creemoor con su predecesor, el .308 Winchester; para tiros de cacería en que las distancias muy rara vez superan los 300 metros las prestaciones de ambos calibres son muy similares, teniendo el .308 Winchester una mayor área frontal (calibre) y por consiguiente pegada, mientras que el creedmoor una mayor penetración debido a su densidad seccional. La ventaja del 6.5 Creedmoor se empezará a lucir ya pasados los 300 metros.  


Centrando un 308 winchester de 150 grains y un 6.5 Creedmoor de 140 grains a 250 yardas, la trayectoria será prácticamente la misma hasta las 400 yardas (364 metros), donde el .308 habrá caído 1 pulgada (2.5 cm) por debajo del Creedmoor. Ambos proyectiles cruzarán las 300 yardas (270 metros) al mismo tiempo y a partir de esas distancias el 6.5 Creedmoor empieza a brillar sorteando vientos cruzados de manera más eficiente y mantener más energía que el .308 Win. Saque sus conclusiones. 

Sin buscar mezclar papas con camotes, si comparamos al 6.5 Creedmoor, que brilla a largas distancias, con el .300 Win Mag; ambos tendrán trayectorias similares con la ventaja de que el Creedmoor puede ser disparado de un rifle más ligero, con un mucho menor retroceso permitiendo, pero el 300 genera una mayor pegada a distancias donde la reducida velocidad y energía empiezan a jugar en contra para abatir a una presa eficazmente.

En conclusión, el 6.5 Creedmoor cuenta con todas las características para ser una excelente opción tanto para cazar en los andes peruanos como para tiros de precisión a largas distancias, y si bien un cazador que cuente ya con un 243, .270, 308, 30-06, o un 300, no encontrará ventaja práctica en hacerse de un 6.5 Creedmoor, quien esté buscando un rifle de caza mayor para las condiciones y fauna locales o para dedicarse a hacer tiros de precisión, este calibre es una excelente opción capaz de darle muchas satisfacciones.

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