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MI PRIMER VIAJE DE PESCA A ECUADOR

Por Herbert Fiedler

Francisco, un amigo de Ecuador, me conto de la buena pesca que hay en Ecuador. Me hablaba de los grandes meros, fortunos, pargos y sobre todo de los wahoos que habitaban esas aguas. Fue ahí cuando me invito a pescar a Ecuador. Inmediatamente aliste mis cosas con dos amigos más y nos fuimos a buscar nuevas aventuras.

Era un viernes a las 9 pm y ya estábamos sentados en el avión Nicolás Pacheco, Emilio Jiménez y yo, con las expectativas altísimas, muchas ganas de pescar y ni habar de la angurria. Nuestro primer viaje a Ecuador, después de tan solo hora y media de vuelo llegamos a Guayaquil donde nos esperaba Francisco un gran amigo y excelente pescador junto a William apneista ecuatoriano residente en España, los cuales nos llevaron a Manta. Ese viaje duro dos horas y media en carro, pero se hizo corto con tantos relatos de pesca que nos contábamos mutuamente. Yo solo pregunta por los meros muriques, los ojo chiquito y obviamente como dejar de lado los fortunos. De pronto William nos enseñó sus videos de pesca en el cual se aprecian unas tomas de wahoos, hasta ese momento no sabía que habían esos peces en Ecuador. Nos contó que a 50 km de Manta hacia mar abierto había unas “jaulas” donde se encontraban estos increíbles animales, eso subió más el ánimo del grupo.

Llegamos a Manta casi a la una de la mañana realmente cansados después del viaje. Francisco nos pregunta si estamos listos para salir mañana. Solo con la idea de sacar un wahoo era suficiente para no dormir toda la noche, me acuerdo que respondimos los tres en una sola voz SI DE TODAS MANERAS!!

Nos embarcamos a la 4 am y pusieron en marcha los motores en dirección a las jaulas que William nos comentaba. Una vez ahí, el agua no estaba tan buena.

El primero en echarse al gua fue Nicolás, después de arreglar mis cosas me metí al agua e inmediatamente cuando vi hacia abajo veo a este pescado  dorado nadando rápidamente por debajo mío, Nicolas atrás de él agarrando controlando el tirón con el carrete, era un lindo perico el cual estaba a punto de desgarrarse, baje rápidamente y no pude rematarlo. Seguimos buscando y no vimos muchos peces lo cual decidimos cambia de zona, Francisco decidió ir unos bajos cerca a costa donde nos dijo que habían buenas chernas (fortunos). Una vez ahí, el primero en tirarse al agua fue William, el cual se encontró con todo el cardumen de los fortunos. Logro sacar uno como de 10 kg.,  rápidamente me tire, el cardumen ya estaba asustado y demasiado lejos, al poco rato apareció un fortuno bastante más grande que el resto, apunte y sin pensar mucho jale el gatillo. El carrete empezó a jalar con fuerza, subí a la superficie y llame a Nicolas el cual me ayudo a rematar el fortuno. Hasta ese momento era el fortuno más grande que había sacado, casi 18 kg, y así acabo el primer día de pesca.

Al día siguiente fuimos a una zona llamada Pedernales, es un conjunto de bajerios entre 12 a 25 metros de profundidad a casi a 100 km de Manta, una navegada larguísima. Una vez en el en sitio bajamos del bote y había una cantidad descomunal de paramos entre 5 a 8 kg y empezó la pesca, yo ya tenía como 5 o 6 paramos en la boya y decidí que era suficiente hice un bajada como a 20 mí de profundidad deje pasar los páramos y escuche el fuerte sonido distintivo de los meros muriques, volteé la cabeza lentamente hacia el lugar donde provenía el sonido y ahí estaba un lindo mero mirándome con curiosidad pero lejos, gire al arpón y logre acertarle un tiro a medio cuerpo , no era uno enorme pero si un bonito murique de 12 kg., con ese pescado ya estaba con un sonrisa en la cara. Decidimos terminar la faena de ese día, veníamos en el regreso comentando las historias de día, lo que se fue, lo que se desgarro y lo que se sacó.

Al día siguiente fuimos en busca de los wahoos, la emoción de todos era enorme. Luego de navegar hasta el sitio, nos tiramos al agua y colocamos varias bollas con ´´flashers´´ para atraer a los wahoos. De pronto empezaron a acercarse y no dudamos en empezar a pescarlos, pero lamentablemente, por ser primera vez que pescamos este pez, no sabíamos pescar correctamente este pez. Todos los tiros no fueron certeros y se nos desgarraron todos los wahoos que disparamos. Luego de muchos intentos decidimos ir a pescar fortunos y meros nuevamente para culminar nuestro último día. A pesar de todo terminamos el viaje con mucha alegría de haber compartido tan increíble experiencia con buenos amigos. Definitivamente una primera impresión de Ecuador que nunca voy a olvidar.

Nos despedimos y quedamos en realizar otro viaje para poder lograr pescar los grandiosos wahoos, en la siguiente edición les contare sobre ese segundo viaje y la gran pesca de wahoos que realizamos.

Saludos y buena pesca.

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